Capítulo 2
El
primer día de clases todos los estudiantes llegan a la escuela, somnolientos y
con mucha pereza debido a unas largas vacaciones de verano las cuales, fueron
cortas para unos pocos que terminaron desvelándose la noche anterior. Veo gente
saludándose enérgicamente, poniéndose al día en cuanto a las cosas que les
sucedieron durante el verano, hay gente nueva, siempre hay gente nueva, se
identifican rápido porque son las personas que están solas en un rincón
esperando que alguien las ayude a encontrar sus salones o simplemente son
personas que nunca había visto antes, bueno, realmente llegados a este punto
casi todas las personas me van a perecer nuevas porque es probable que no las
recuerde.
Estudio en un instituto privado donde todos los
lunes solía llegar con el mismo uniforme odioso, la camisa blanca manga larga,
el pantalón azul marino y la corbata azul, efectivamente, es el que traigo en
este momento. Al menos me alegro de no ser mujer porque tienen que llevar falda
y ese estorboso chaleco azul. El instituto es un lugar muy grande hay distintas
secciones, preescolar, primaria y secundaria, pero para alguien que se ha
pasado toda la vida en este instituto, es algo pequeño, y extrañamente todos
los grados son de 3 salones, pero tuvimos la fortuna de ser solo dos porque en
el pasado, recuerdo que principalmente en la secundaria siempre hubo problemas
entre nuestros salones, espero que esta vez sea distinto.
Escucho el sonido de la campana, estoy algo
distraído, pero recuerdo que tengo que cruzar casi toda la escuela para llegar
al salón. Somos los “marginados”, estamos hasta el otro lado de la escuela por
donde se encuentra la entrada, pero en el segundo piso, es algo tonto recorrer
toda la escuela para llegar al patio central y luego tener que subir al segundo
piso para volver a recorrer ese trayecto en lugar de subir por las escaleras
que están en la entrada y todo porqué están cerradas. A pesar de que se supone
que pase a tercer año de secundaria, el salón seguirá siendo el mismo del año
pasado, pero con diferente pintura, la combinación de colores es igual de
simple que la del año pasado, un color durazno en horizontal hasta la mitad de
las paredes y un color beige por la otra mitad hasta el techo de color blanco.
Si mi memoria no me falla la escuela tiene la odiosa
costumbre de ordenar los asientos por número de lista y debido a que
prácticamente a este punto de la secundaria casi nadie llega a cambiare de
escuela estoy seguro de que me voy a sentar en el mismo lugar de siempre, pero
mientras espero al profesor que, también es nuestro asesor, me da tiempo de ir
a platicar con mis amigos. Siento una emoción que no he sentido en años, por
fin después de varios años sin verlos o platicar con ellos, hoy están justo
frente a mí, al alcance de mi mano y puedo hablar sin ninguna preocupación o
incomodidad, estoy tan feliz que quisiera llorar, pero eso sería raro en esta
situación, siempre desee que esto pasara, pero por cuestiones de tiempo y que
cada uno se encontraba en ciudades distintas nunca fue posible.
Debido a que éramos la mitad de hombres que, de
mujeres, teníamos una estrecha relación, al menos a la mayoría. Volteo a todos
lados para identificar a cada uno de ellos, de pronto los veo en una de las
esquinas del salón y me dicen con un gesto que vaya con ellos. Me muevo hacia
ellos, ahí estaban, Marco: alto, moreno, de cabello castaño en fin un tipo que
conocimos en el primer año y se volvió parte indispensable del grupo; Esteban
igual alto y moreno, el “novio” como le decimos nosotros en burla debido a que
son muy buenos amigos y siempre están juntos, a él lo conozco de toda la vida,
estudiamos desde el preescolar juntos. Alfonso un poco más bajo que yo, él llegó en
segundo año y aunque al principio no lo aceptábamos muy bien llego a congeniar
con nuestro grupo; Edwin el raro del grupo, no tan esbelto, pero más alto que
yo y por ultimo Tomas es un poco más alto que yo y es mi suplente en
básquetbol, él al igual que Alfonso llegó en segundo año y es con el que más
amistad tuve durante la secundaria.
Cuando llegué
escucho que están platicando de algo que llamó mi atención a pesar de que han
pasado años, aún tengo una relación no tan distante con ellos en mi época así
que por eso puedo recordarlos con facilidad.
- ¿Oigan alguien
ha visto a Katherine? - Dijo Esteban algo preocupado
-Si Peter, tú has
de saber algo de Katherine. No la he visto por ningún lado- Dijo Edwin
apuntándome.
-No sé nada
–Respondí sorprendido debido a que no estoy actualizado con lo que está pasando.
En ese momento entró el encargado de clase. ¡Dios!
recuerdo que él era un gran tipo, siempre me dió algún consejo cuando lo
necesitaba, aún después de que me gradué de secundaria simplemente no puedo
dejar de verlo con alegría.
Empieza a nombrar a todos por número de lista y
tomamos nuestro lugar correspondiente. Son 5 columnas con 6 bancas cada una,
cada alumno se va sentando en cada columna respectivamente hasta a completar
todas las sillas. Soy el número 10 en la lista, jamás podría olvidarme de eso
porque siempre me daba la fantasía de ser el mejor de todos en el salón como si
todos fuéramos un equipo de futbol. Pero por eso tengo la desgracia de sentarme
en la quinta columna, a un costado de las ventanas del salón en la fila dos,
muy al frente para mi gusto. Sabía que no había entrado nadie nuevo, eso era lo
que lograba recordar. Así que en la silla detrás de mí iba a estar Katherine,
pensé.
Al momento de pasar el número de Katherine, no
mencionan su nombre, en lugar del suyo hay un nombre que jamás había escuchado
en mi vida, a pesar de estar en esta situación por segunda vez, no ha sucedido
lo mismo que la primera vez. Empecé a formular teorías temporales,
conspirativas y cosas así, fantaseaba en mi mente ya que todo lo que estaba
viviendo parecía un sueño y a pesar de comprobar que no era así, todo podía
pasar. Mientras trato de buscar respuestas para este nuevo hecho, empezó la
conmoción en ese momento, se arma un alboroto, hasta que una hermosa niña de
ojos verdes y de cabello rubio se llega a sentar detrás de mí. Estoy muy
confundido, no sé qué decir, ni siquiera he escuchado su nombre, solo pensaba
en lo que ha sucedido y porque Katherine no está. El encargado de clase empieza
a callar a todos, el silencio se apodera del salón y continúa con el
asignamiento de lugares.
Una vez terminado el
acomodamiento de lugares, el encargado de clase da paso a que la nueva
estudiante se presente. Aún me cuesta asimilar todo lo que está pasando, veo
que pasa al frente y como hay un desnivel tiene que subir un escalón. La observo fijamente mientras escribe su
nombre en el pizarrón. Es linda, digo en
mi mente, inmediatamente me corrijo ya que realmente tengo 30 años y ella
cuando mucho puede tener 15.
-Hola, mi nombre es Becca, me
cambié de escuela porque transfirieron a mi papá en su trabajo, no conozco a
nadie, pero me gustaría llevarme con todos- dijo algo apenada.
-Gracias por presentarte, me
avisas si hay algún problema ¿Está bien? - Dijo el encargado de clase tomando a
Becca del hombro mientras ella bajaba del desnivel. Becca se sentó en su lugar
y el profesor continuo con la clase sin pausas ni cortes para hablar de lo
sucedido. Mientras daba la clase mi mente estaba creando numerosas hipótesis
sobre lo sucedido, porque ¿cuál es la razón de que haya una alteración de los
hechos a pesar de que no he alterado el orden natural de las cosas, no he hecho
nada para cambiarlo? Según recuerdo las cosas pasaron de distinta manera,
aunque si hubo una estudiante nueva esta no llegó directamente a mi salón sino
al salón de al lado y aunque tuve la misma primera impresión esta fue algo
distinta porque Katherine estaba presente. Si mi memoria a largo plazo no me
falla, creo que los hechos ocurrieron de esta manera:
Me senté y acomodé mi mochila a un costado de la
silla. No sé por qué, pero por alguna extraña razón, ya habían pasado 10
minutos desde que empezó la clase y no había ningún rastro de Katherine por
ningún lado hasta que de repente, alguien desde la parte trasera del salón en
donde estaba la puerta gritó:
- ¿Me permite pasar?
Era una voz delicada y al mismo tiempo no tan
suave, era la voz de Katherine. En ese momento me sentí aliviado, sabía que
ella era lo que hacía divertida la estancia en la escuela, mis amigos igual
pero más ella. Pero solo al pensar en eso me empecé a ruborizar, mi rostro
estaba todo rojo y no sabía porque si solo era Katherine, no era nadie extraño,
solo Katherine. Pero me sumergí tanto en mis pensamientos que no me di cuenta
que el profesor que era nuestro encargado me estaba hablando.
- ¿Peter la dejamos pasar? -. Por lo que de
inmediato respondí:
- ¿Por qué me pregunta a mí? Usted es el maestro
¿No?
- Si, pero eres el novio creo que te estoy dando
parte de mi autoridad...- No pudo terminar la frase por que se empezó a carcajear.
El encargado, fue el inicio del problema, él lo empezó todo, y se veía que le
divertía.
- Ya no lo nieguen todos aquí sabemos que son
novios-. Continúo el profesor por lo que yo respondí bastante furioso:
- ¡Ya haga lo que quiera y no me pregunte!
Finalmente la dejo pasar y Katherine se sentó
detrás de mí, y me susurro al oído:
- Se ve que le gusta molestarnos. Siempre es lo
mismo, ¿No lo crees? - Al hablarme tan cerca, sentí su aliento cálido en el oído
y me dieron cosquillas por lo que me froté la oreja derecha con la mano. Me
voltee para verla discretamente y preguntarle porque había llegado tarde, ya
que ella siempre tiene una muy buena historia como excusa, siempre le pasa algo
penoso y al final termino carcajeándome de sus tonterías. Cuando de pronto
escucho mi nombre:
- Peter, ¡Peter! - Inmediatamente volteé para ver
quién era y desafortunadamente era el maestro.
- Ya estabas ansioso de que ella llegara, porque desde
que llego puedo notar una cara de alivio- No le hice caso, simplemente lo ignoré.
Me puse a dibujar muñequitos en mi libreta, cuando escucho que el encargado le
dice algo a Katherine:
- Peter no se pudo esperar las ganar de hablar
contigo desde que llegaste.
Inmediatamente conteste:
- Eso no es cierto.
- Si tú lo dices. Pero todos sabemos que es cierto.
- En ese momento se escucharon algunas voces de mis compañeros de clases
apoyando al profesor. Voltee a ver a Katherine, ella simplemente estaba
tratando de ignorarlos mirando por las ventanas. Volteó, nos miramos y me dijo
con los labios: Me caen mal. Y yo le respondí de la misma manera: También a mí.
Regrese la vista al frente esperando a que acabara la clase.
Después de que terminara la clase con el encargado
Katherine y yo nos metimos en problemas, pero busque la manera de librarme.
Llegamos hasta la oficina del coordinador, para la suerte de mi plan no estaba,
solo estaba el prefecto. Un hombre no tan alto, panzón y según los rumores gay.
-Ven esta es la hora de llevar a cabo el plan.
- Este bien yo te sigo Peter. – Dijo incrédula, me
acerqué al prefecto y le dije:
- ¡Hey! José Luis, (sé que es irrespetuoso pero el
dejaba que lo llamáramos así ya que tenía una relación cercana a nosotros) mira
es que la profe de Historia nos mandó a que nos pusieras un reporte, pero mira
te ofrezco un trato, te invito tu desayuno hoy, pero a cambio de que no nos
pongas el reporte a mí y a ella- señalando a Katherine- ayúdanos José Luis.
- Esta bien, solo porque eres tú te ayudare, pero
va a ser un desayuno por persona.
- Si José Luis no hay problema.
- Nada más voy a llenar los reportes con sus
nombres, con mi firma y todos los demás requisitos los voy a dejar en blanco para
que nada más se los muestre a la profesora de Historia y después los tiro a la
basura.
- Gracias José Luis eres el mejor. - Yo sabía que
no era cierto, pero se lo tenía que decir.
Esperamos hasta que terminara la clase de historia
sentados en unas bancas que estaban a un lado de la coordinación, enfrente de
la biblioteca. Ya que faltaban todavía como unos 20 minutos me puse cómodo
recostándome sobre la banca y poniendo mi cabeza sobre su regazo, nos pusimos a
platicar de muchas tonterías, nos reímos, bromeamos hasta que Katherine me
dijo:
- Peter, levántate ahí viene el ingeniero Mario-
mientras me levantaba la cabeza.
Cuando el coordinador llego hasta donde estábamos
nos preguntó:
- ¿Qué hacen aquí? ¿No se supone que deberían estar
en clase? - A lo que le contesté ya estando sentado correctamente:
- Pues estamos sentados esperando a que termine la
hora para poder regresar al salón ¿Y usted?
-Yo estoy trabajando, creo que lo miras ¿No?
-Pues sí, si veo por eso tengo ojos ¿No? hasta uso
lentes para ver mejor.
-Já, me gusta tu forma de actuar, ese tono que usas
se te da muy bien, pero ¿Acaso no crees que deberías respetar a tus mayores?
Digo ya que recibes una buena educación es para que eso sea una de tus
virtudes.
- Pues sí pero realmente no lo ofendí en ningún
momento o ¿Me equivoco? Que tenga un buen día ingeniero. - Después de esa
respuesta mejor no dijo nada y se fue a su oficina. Katherine en el momento es
que se fue se puso a reír a carcajadas.
-Hay Peter, siempre te gusta meterte en problemas.
-Dijo Katherine aun riendo.
Faltaban como 10 minutos cuando escucho a alguien
subir por las escaleras que están entre la coordinación y las bancas. Volteo y
veo a una hermosa chica dirigiéndose a la oficina de la coordinación. Ella era
de tez blanca, con un buen aspecto físico y con un hermoso cabello rubio.
- ¡WOW!
- ¿Te gustó esa chica verdad? Es muy linda, nunca
la había visto antes por aquí, pero por lo que veo lleva el uniforme de la
escuela.
- Puff, Jajaja ¿a mi gustarme? Por favor ya sabes
que solo tengo ojos para ti. - Haciendo énfasis en esa última frase.
- No te soporto. Te conozco muy bien Peter- dijo
viéndome con una mirada traviesa, esas de las que saben algo sobre ti.
- ¿Me escuchaste verdad?
- Pero, aunque no te hubiera escuchado, vi cómo se
te caía la baba cuando la viste.
- ¿Cuándo paso eso?
- Por favor Peter sabes que tengo razón.
En ese momento apareció el ingeniero y acercándose
a mí me dijo:
-Quiero que me hagas un favor como todavía tienes
tiempo antes de que empiece la siguiente clase quiero ver que tan competente
eres y te pido que por favor le muestres donde quedan los salones de Tercer
Grado a la nueva estudiante ya que ahorita estoy ocupado. ¿Te puedes hacer
cargo? - Por supuesto que acepto el trabajo sin problemas, pensé mientras
sonreía
-Está bien no hay ningún problema. -En ese momento
gritó:
- ¿#$$%#$% puedes venir un momento? - Cuando ella llego
hasta donde estábamos continuó.
-Mira, él es Peter, pero lo importante es que él te
va a llevar a tu salón, si tienes algún problema me avisas- Termino esa última
frase mientras me miraba y se fue a su oficina. No sabía que había pasado, pero
sé que soy muy afortunado.
-Hola mi nombre es #$$%#$% gusto en conocerte. - Se
presentó emitiendo una voz muy suave y delgada.
-Hola me llamo Peter, pero eso lo has de saber ya
lo dijo el ingeniero, el gusto es mío. - Respondí sin dejar de verla.
-Hola mi nombre es Katherine mucho gusto. -
Entrometiéndose y pegándome un pequeño codazo al pasar hacia al frente.
Empecé a caminar, #$$%#$% a un costado mío y
Katherine al frente, para hacer ambiente le pregunté:
-Puedo saber ¿Por qué te cámbiate de escuela a
medio año? Si es que no te molesta la pregunta.
- ¿Molestarme? Para nada, me cambie de escuela
porque transfirieron a mi padre de su trabajo, pero antes vivía en la Ciudad de
México y mi padre piensa quedarse a vivir aquí así que se mudó toda mi familia.
- Ciudad de México, sí que es un gran cambio ¿Cómo
te sentiste? Porque el clima aquí es muy distinto.
- Bueno me estoy acostumbrando, pero no ha sido
difícil porque siempre he preferido los climas cálidos.
- Una última pregunta ¿En qué salón estas?
- Estoy en 3°B- Hasta antes de la repuesta me había
ilusionado en que quedara en mi salón, pero no se le puede pedir tanta fortuna
a Dios.
-Oh- dije algo desilusionado.
- ¿Pasa algo malo?
- No nada, pero veras estoy en 3°A, mi salón y tu
salón no pueden tener una buena relación, pero espero que podamos ser una
excepción.
- Algo me dice que puede ser posible. - Dijo
mientras sonreía.
Llegamos a los salones y le indique el suyo,
Katherine nada más me observaba desde atrás con una enorme sonrisa malévola en
el rostro. Cuando Becca entro a su salón, Katherine se acercó a mí.
- ¿Cómo te fue Peter? ¿Hubo algún progreso? Quiero
detalles.
- No te voy a decir nada, loca.
- ¿Por qué no? Si soy tu mejor amiga.
-Simplemente no, creo que después de todo nadie
puede tener tanta suerte.
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