Capítulo 1


Escucho el sonido del despertador zumbando en mi oído. Trato de apagarlo con mi mano, aún acostado. No logro alcanzarlo, así que lanzo una almohada hacia él, solo se oye el sonido del golpe y sigo durmiendo. Cuando por fin despierto, vi que ya era realmente tarde, busco el despertador para ver la hora y lo veo tirado en el piso a lado de una almohada.
- ¡10 A.M.! Es muy tarde, necesito llegar a la oficina en 5 minutos- Me levanto en un salto de la cama rumbo al clóset para buscar mi ropa, me visto rápido, me cepillo los dientes y me acomodo el cabello. Al verme al espejo pude ver que los años no pasaron en vano, pude notar algunas pequeñas arrugas en mi frente, teniendo 30 años y con el estresante ritmo de trabajo no me extraña que no hubieran aparecido antes.
Cerré la puerta de mi apartamento y en la entrada vi una carta a mi nombre. “Leo en el camino” dije en mi mente mientras avanzaba por el pasillo. Me paro frente al elevador y noto que hay un letrero: “Fuera de servicio. Disculpe las molestias”. Mierda, pensé mientras apretaba los puños. Bajo corriendo los tres pisos por las escaleras de emergencia mientras abro el sobre. Entre bajar las escaleras corriendo, ver por donde piso y tratar de leer, alcanzo a ver que es una invitación de mi antigua escuela secundaria a una reunión de ex-alumnos que se llevará a cabo mañana en la noche.
El primer recuerdo que atravesó mi mente fue mi mejor amiga de la secundaria: Katherine. Realmente éramos muy unidos tanto que todos a nuestro alrededor pensaban que estábamos saliendo, la verdad creo que al final terminé enamorándome de ella, justo como una típica película romántica. Después de la secundaria poco a poco fui perdiendo el contacto con ella y al final nuestra amistad paso de ser mejores amigos, a ser simplemente conocidos cuando ella se mudó.
Salgo corriendo a toda velocidad por la calle tratando de buscar un taxi, al no encontrar ninguno que pudiera ocupar, cruzo la calle para llegar a la siguiente esquina y tener más oportunidades de conseguir alguno. No tengo idea de cuantas veces he pasado esta situación los lunes en la mañana, no son pocas como para hacerlo algo ocasional pero tampoco demasiadas como para llamarlo costumbre, pero esta vez, la suerte no estuvo de mi lado.
Al tratar de cruzar la calle no me doy cuenta de que viene un automóvil y me atropella. El impacto es fuerte, me empuja a un metro de donde iba a cruzar y caigo en el pavimento. Puedo ver pasar mi vida frente a mis ojos, mientras voy viendo todo, mis recuerdos se empiezan a mover más lento, se pausan durante unos momentos y veo que estoy joven, ¿La secundaria? Tal vez, la mejor etapa de mi vida posiblemente estaba pasando frente a mí como un regalo antes de partir, pero de pronto todo se vuelve negro. Puedo sentir que aún tengo conciencia, por lo que pensé “¿Estoy muerto?” a lo que una voz respondió:
- ¡Peter!... ¡Peter! - cada vez más fuerte. ¡PETER! Hasta que aturdido despierto y grito:
- ¡Dios, ¿Eres tú?! - Abro los ojos y miro alrededor- ¿Dónde estoy? ¿Qué haces a aquí mamá?
- ¿Cómo que qué hago aquí? Estás en tu habitación y estoy aquí para despertarte, tienes que ir a la escuela. Es tu primer día de clases.
- ¿Primer día? - dije muy confundido.
-No seas tonto pues, ¿qué estuviste haciendo mientras dormías? Ya estás en tercero de secundaria. Rápido que el transporte no va a pasar por ti y te tendré que ir a dejar a la escuela.
Me levanto de golpe mientras mi mamá se va de mí habitación, miro a mí alrededor por segunda vez, pero ahora con mayor atención y efectivamente esta es la que fue mi habitación. Voy al baño para mirarme en el espejo, al ver mi reflejo me doy cuenta de que tengo una cara más joven y al juzgar por el grado escolar deduzco que tengo 14 o 15 años. Me toqué el rosto para comprobar si lo que veo es real, incluso me pellizqué una mejilla -Auch…Esto es real- afirmé mientras me frotaba la mejilla.
-Claro que es real, ¿seguro que no sigues dormido? - Dijo mi mamá mientras preparaba el desayuno. Corro a mi cuarto, hablando conmigo mismo - No lo puedo creer, es imposible he regresado como 15 años al pasado- dije asombrado. Me tumbo en la cama mirando al techo y en lo único en que puedo pensar es en mis compañeros de escuela, me da nostalgia pensar que podría volver a verlos después de tanto tiempo, claro, aunque para ellos solo pasaron unas semanas. Los recuerdos que tengo de algunos de ellos no son muy claros, más que nada porque la mayoría son personas que simplemente eran compañeros de clase. Lo más importante ahora es actuar como solía actuar cuando era joven y dejar que los recuerdos lleguen a mi mente al momento de verlos.
Terminé de alistarme para ir a la escuela, me puse el uniforme del instituto donde estudio, subí al automóvil de mi madre y nos dirigimos hacia la escuela.  Mientras íbamos de camino me puse a pensar que han pasado muchos años desde que terminé mis estudios, realmente no sabía cuánto tiempo iba a estar en esta época y ni se cómo iba a tomar el ritmo de la escuela a pesar de tener vagos recuerdos de las materias. Era un viaje corto desde mi casa hasta donde está el instituto, bueno, corto para ir en coche, pero un poco largo para ir caminando, no hubo mucho de que platicar con mi madre, pero me dio el tiempo suficiente para empezar a recordar todo lo que podía sobre mi vida en la secundaria. Solía tener muy buenos momentos con Katherine, los cuales en mi época no existen.
Miro en la guantera del coche y veo un celular, ese es el primer Smartphone que tuve. Reviso la lista de contactos, tengo relativamente pocos pues desde que tengo memoria jamás me ha gustado hablar por teléfono, debido a que no puedo sacar un tema de conversación de ese modo y prefiero hablar con la gente de una manera más directa. Hay algunos nombres que no me parecen conocidos, creo que es porque no son amigos de la escuela sino del club de básquet en el que jugaba cuando tenía ratos libres y si alguno no es de ahí con el paso del tiempo los iré descubriendo.
Llego al instituto y creo que es tal como lo recordaba, bueno no es tan viejo como creía. Me bajo del coche y mi mamá baja la ventana de la puerta para decirme:
- Que tengas un lindo día, no te portes mal y recuerda estar al pendiente de tu celular que paso por ti como a las 2:30 p.m.- mientras cerraba la ventana y se iba.
Entro por el portón y volteo alrededor sorprendido, es algo nostálgico para mí, aunque técnicamente no tiene más de un mes que empezaron las vacaciones y por fin los alumnos se libran de venir al instituto todos los días, pero para el yo actual es como si viniera a la escuela por segunda vez.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Capítulo 3

Capítulo 2